Reseña: Desastre: 500 metros bajo tierra
Dirección: Kim Ji-hoon.
Corea del Sur, 2021
Por Steiner Panero
Hay un par de razones por las que el cine proveniente de Corea del Sur es uno de mis predilectos: Sus guiones son muy bien logrados y los matices en los tonos de sus películas hacen que sean sumamente entretenidas y emotivas.
"Desastre: 500 metros bajo tierra" es un filme sobre catástrofes con sus buenas cargas de humor, acción y drama donde el protagonista es Park Dong-won quien al inicio de la película llega feliz y orgullo a habitar su nuevo departamento situado en Seúl el cual adquirió con gran sacrificio y que lo hará cargar con una deuda a largo plazo. Con motivo de la inauguración de su nuevo hogar invita a sus compañeros godínes para que les presuma de su nuevo logro. El objeto de su presunción poco a poco comienza a mostrar deficiencias y un notorio desperfecto en el desnivel del piso de su asentamiento se hace cada vez más evidente. Lo anterior no fue excusa para que las botellas de soju comenzarán a vaciarse y bien entrada la noche deciden quedarse a dormir en el departamento del Sr. Park. Al despertar la resaca toma niveles catastróficos ya que los desperfectos del inmueble son increíbles y todo el edificio se hunde a una profundidad de 500 metros.
En la superficie inician los intentos por rescatar a los posibles sobrevivientes mientras que aquellos que se hundieron con el edificio buscan la forma de sobrevivir ante los constantes derrumbes y como si esto no representará ya un problema a esto se suma la preocupación por buscar al hijo del señor Park quien está pisos abajo de donde se encuentran ellos.
La población de Corea del Sur, al igual que los personajes del filme, son objeto de una presión social muy sofocante, el demostrar el poder adquisitivo y un buen estatus social es una aspiración constante y es de ese elemento donde la película cimenta las bases de sus elementos dramáticos, la alegría de un nuevo hogar de la familia Park en un lugar bien situado es evidente desde el primer minuto y eso enarbola el orgullo del padre de familia aunque al momento de ver los desperfectos del edificio que habitan comienza a asomarse la preocupación el compromiso a largo plazo que ha adquirido. La obligación de demostrar su avance en el estatus social hace que externe la invitación a sus compañeros de trabajo quienes con el fin de criticar el departamento de su compañero acaban hundidos bajo tierra.
Que el personaje principal sea un padre de familia más cercano a un oficinista que a un héroe de acción hacen que las secuencias de acción sean tensas y emocionantes pues es fácil empatizar con el Sr Park al saber que cualquier espectador procedería al igual que el arriesgando todo por salvar a los suyos. Este filme llega a recordar a las emociones que despertó un filme como "Estación Zombie" (Train to Busan, Corea del sur 2016) dónde el drama y acción convergen de manera armónica y la sensación de confort al final del metraje donde la plenitud sobresale al afán de demostrar la superación económica es similar a lo mostrado en "Microhabitat" (Corea del Sur, 2017).
El filme merece ser visto en pantalla grande para disfrutar en demasía los diferentes tintes emocionales y los estruendos emanados del sonido de la sala harán que a más de uno se le enchine la piel por la cercanía y sensibilidad que tiene la Ciudad de México respecto a manifestaciones telúricas, derrumbes hundimientos.



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